¿Negocio online?

Por Lucía Blanco

Si bien es cierto, que esta pandemia pasará, el tránsito para algunos empresarios está siendo  diferente. Los hay quienes sin problema idearon un nuevo producto o servicio y lo ofrecen en línea; quienes ajustaron algunos aspectos de sus negocios y están trabajando o con protocolos de entrega presencial o a distancia desde sus hogares, también están quienes están descubriendo en el trabajo en línea un sistema de mayor productividad para ellos mismos y sus equipos de trabajo; y por supuesto, están aquellos empresarios, que siguen en shock y aún no se han movido de donde estaban porque o lo ven difícil, o complicado o simplemente imposible, hablan de subsistir o sobrevivir a esta etapa y claramente los hay quienes ante los primeros días de resguardo, han optado por cerrar sus negocios.

Pues bien, en realidad esto tiene más que ver con la personalidad de cada uno que con la pandemia. Y el tema es cómo cada uno enfrenta los cambios. Así es, este es un tema emocional y de manejo de los cambios.

Para algunos autores, el mundo de los negocios es un juego y lo llaman diferente. Para Robert Kiyosaki, el nombre del juego es el Cashflow , el flujo de efectivo, éste independiente del cómo, debe permanecer en el negocio. Para Brad Sugars, en cambio, el juego se llama utilidad; no importa cuánto vendas, importa cuánto ganes o para el caso, cuánto conserves.  Si no hay utilidad, dicen algunos financieros, no es negocio.

Desde mi perspectiva, este periodo y esta etapa nos da la oportunidad de que si ya teníamos un negocio, lo veamos como un emprendimiento, ahora en línea. ¿Después de todo ya hemos iniciado un negocio, cierto? Ahora sólo es cambiar el formato.  Muy probablemente el regreso a la actividad será gradual y habrá cosas que permanecerán online, aún después del  regreso; así es que aquí algunos tips para hacer esta transición.

Así es que teniendo en mente el flujo de efectivo y la utilidad, como elementos a cuidar para seguir llamándolo negocio a continuación 4 tips para “emprender tu negocio en línea”, o transicionarlo.

  1. LA MENTALIDAD.  Sí, hay que empezar por cuidar lo que piensas y lo que te dices y te hace sentir esta situación. Stephen Covey,  dice que las cosas se crean dos veces. La primer creación es mental y la segunda la física. Es importante entender que el negocio, si tú eres el dueño o la cabeza del mismo, sólo será un reflejo de ti. Lo que ves afuera, está adentro.  Por otro lado, se recomienda: Capacítate, cuida tus pensamientos. Requieres desarrollar la capacidad de cuidar tus pensamientos y pensar en grande. Si constantemente usas palabras como: difícil, complicado, sobrevivir, “¡No sé qué voy a hacer!”, etc. Eso estás construyendo.  Y eso verás.
  2. TENER UN PROPÓSITO. Desarrollar un negocio sólo por dinero, no es negocio. Encuentra un sentido, para Kiyosaki es “el sueño” , tener la claridad de un sueño a cumplir, es lo que te moverá a lo qué el autor llama: “salir de la carrera de las ratas”. ¿Para qué tienes este negocio?. Aquí te voy a recomendar entres a ver este link:

Es una plática de TED, por Simon Sinek, que se llama el círculo dorado, explica cómo debería desarrollarse el pensamiento estratégico para hacer un negocio.  Oprah, dice que : “La intención gobierna al mundo”.  Chopra dice: “La atención energiza, la intención transforma” . ¿Cuál es la razón de ser de tu negocio?, ¿Cuál sería tu propósito de negocio? , ¿qué intención estás poniendo al crear tu negocio o para el caso a transicionarlo en línea? Responder esto implica que si lo tienes claro, el moverte a un modo online, sólo es otro medio o forma de hacer aquello que te mueve a hacer lo que haces y atener el negocio que tienes.

Así, en esta entrega te comparto estos dos primeros tips, y mientras en esta semana realizas un trabajo de concientizar tus pensamientos, tus emociones y el propósito de tu negocio, ves el video de SInek; la próxima semana continuaré con esta lista de tips que puedes hacer para ocupar esta pandemia a favor de tu negocio o parte de él , moviéndolo a un modo online.  ¡Hasta la próxima semana!

Home Office.

Y tú, ¿Cómo vives la cuarentena?

Por Lucía Blanco

La reciente pandemia por el coronavirus, nos ha llevado a trabajar desde casa. Y eso me ha hecho reflexionar sobre varias cosas, por un lado: la relación que cada uno tenemos con el trabajo y por otro lado, los espacios que nos dedicamos para (re-)construir dicha relación.

Desde hace muchos años, tengo la idea de que una relación, sobretodo, de pareja,  se trata de construir espacios: los individuales, en donde cada uno realiza actividades que lo nutran y que después pueda compartir (o no) con el otro; los espacios de pareja, en donde ambos comparten una misma actividad, hobby o afición y el realizarla en conjunto ayuda y aporta a la relación.  Estos espacios, tanto el individual, como el de pareja puede, o no, incluir a otras personas: amigos, hijos, familiares. De ahí que cuando una relación termina, para mí, una de las primeras cosas a hacer, es reconstruir los espacios, los tiempos que dedicábamos a los espacios de pareja. Empezar a llenar y ocupar esos espacios con otras actividades, nos permite reinventarnos y sanar de la separación, hacer cosas que teníamos pendientes, quizá en algunos casos, nos deja ver que no se tenían espacios individuales, que la relación sólo ocupaba tiempos de pareja, en fin; la construcción de espacios, me resulta un tema interesante y me ayuda a tener una perspectiva de los tiempos que dedicamos a cada cosa.

De ahí que el Home Office, al que la vida nos invita hoy día, no es la excepción para verlo como una construcción de espacios;  si a esta construcción sumamos que hay una relación entre nosotros y el trabajo, podemos preguntarnos: ¿Cómo el home office me deja ver el tipo de relaciones que he construido con el trabajo y con mi familia? Para ampliar un poco el tema; distingo 4 espacios que a continuación explico:

  1. El Espacio Físico:  en términos exclusivamente laborales, ¿tengo en mi casa un espacio dedicado EXCLUSIVAMENTE para trabajar y para que sea “mi oficina”? Si la respuesta es sí, ¡Felicidades!; si la respuesta es: “No”; quizá debas preguntarte: ¿Qué espacios ocupa el trabajo en tu vida? El espacio físico (casa, hábitat), es un reflejo de nuestro propio espacio físico (nuestro cuerpo). Lo que ves dentro de tu hogar u hábitat, te muestra lo que hay dentro de tu propio cuerpo (mundo interior), de tal forma que es probable que el tener o no un espacio físico para trabajar y cómo lo tengas, habla de tu propio cuidado: ¿Qué relación tienes con el trabajo?, ¿es un espacio en tu vida u ocupa tantos espacios que en tu casa, hay trabajo en todas las áreas?, ¿qué dice de tu propia limpieza y orden interior las de tu espacio de trabajo?, Si salir a trabajar, te permite no entrar en contacto con tu hábitat y quienes lo habitan, entonces: ¿Cómo estás contactando ahora, que no sales?, ¿qué tipos de relaciones y espacios has construido?
  2. El Espacio Emocional: Si el espacio físico habla del propio cuidado. ¿Qué dirán las emociones que sientes al no salir de casa y quedarte a trabajar?, ¿cómo éstas repercuten en tus relaciones y convivencia? Una pregunta interesante a hacerte es: ¿Qué emoción es la que más experimento al estar en casa y no salir? Esto resulta interesante, ya que si el espacio físico y el exterior me permiten ver algo mi interior; el tema no es qué emociones te das cuenta que tienes ahora trabajando en casa; sino con quién las sientes. Y más allá de ello; si estas emociones se manifiestan en tus relaciones familiares; ¿Cómo está esa emoción dentro de ti?, ¿Cómo es tu propia relación contigo?, ¿Qué puedes observar de ti y tu relacionamiento al estar trabajando en tu casa. ¿Qué te pasa, emocionalmente hablando, al tener tus dos mundos: laboral y personal en el mismo espacio?, ¿Qué espacios conversacionales te estás permitiendo construir y cuáles no? y eso, ¿Cómo afecta tus relaciones?, ¿te estás quedando en casa o sigues saliendo?
  3. El Espacio Mental: Hemos escuchado bastante acerca de que lo que crees; creas. Así es que te preguntaré: ¿Cómo vives esta cuarentena: como un resguardo o como un encierro?, ¿Cómo un tema de sobrevivencia o tan sólo como un tránsito por una situación que la vida nos ofrece? Ciertamente, nuestros pensamientos crean; y también se convierten en palabras. Quizá estar trabajando en casa, es un buen momento para escuchar: ¿qué palabras son las que más dices acerca de la pandemia, del trabajo en casa, de la mezcla de estos dos mundos, de convivir todo el día con tu familia, de la convivencia misma, de no salir? Y mejor aún: ¿Qué dicen tus cercanos de tenerte en casa todo el día?, ¿Qué palabras son las que más dices?, ¿qué palabras son las que más escuchas?
  4. El espacio Espiritual: Te compartiré mi propia definición de espíritu: Lo defino como una planta interior, de la que cada uno es responsable. Así, es que, sabiendo que tienes una planta en tu interior: ¿Cómo la nutres?, ¿de qué?, ¿te haces cargo sólo de tu planta o quieres hacerte cargo de las de los demás a tu alrededor?, ¿esto te pasa, sólo en el trabajo, sólo en tu casa?. Nutrir o no nuestra planta interior, acaba repercutiendo en los hábitos que tenemos.  Ahora que tus mundos se han encontrado: ¿Qué dirías acerca de los hábitos?, ¿Qué reflejan tus acciones?, ¿Qué hábitos estás construyendo? Este, es quizá un buen momento para establecer reglas básicas de convivencia y para desarrollar nuevos hábitos.

Y así, 4 espacios que te permiten ver el “Home Office” como una oportunidad o padecerlo.  Lo cierto, es que los espacios, sólo hablan de cada uno; de tus hábitos, de tus relaciones. Podríamos decir que los espacios se han invertido: ahora convives todo el día con tu familia y estás en casa; mientras que con quienes solías hacerlo diariamente, como colaboradores, colegas, jefes; ahora sólo los ves a través de una pantalla o los escuchas a través del teléfono. Resulta interesante pensar que nuestros mundos se han invertido.  Como no creo en las casualidades, creo que más allá de que sea un tema mundial, en corto, me parece que esta situación a cada uno nos está poniendo enfrente la oportunidad de ver aquello que no queríamos o de corroborar lo que hemos construido hasta ahora. Y a ti, el home office ¿Qué te pone en evidencia?